jueves, 15 de enero de 2009

Nanogésimo segundo día




Hoy amaneció nublado, aunque dicen que ya no va a nevar, si lloverá.
Hace unos cuantos años atrás tome una decisión y realice lo que me negué por años a vivir…un día como hoy, nublado y frío.
No se por que motivo como a los diez años de edad fui al médico, que por alguna razón que tampoco recuerdo me solicito una radiografía de columna…al volver a enseñarle el examen, descubrimos que tenia una leve escoliosis y me envió al kinesiólogo.
Mi hermana me llevo, para que me dieran las pautas de ejercicios que tenia que seguir, para enderezar mi desviada columna…pero yo soy muy porfiada y de niña lo era más, por lo cual no hice los ejercicios en la medida que era necesario y después de un tiempo los olvide completamente.
Unos años después, tenía dolores de espalda, por lo cual mi mami me envió a Santiago a volver a ir a un especialista en traumatología infantil. Me acompaño mi mamita (abuela), quien se lamentaba del diagnostico que me dieron, mi escoliosis ya no era leve, era demasiada la curva que tenia para mi edad, debía utilizar un corsét ortopédico por 2 años y bajar de peso.
Era un día como hoy, frío y nublado en Santiago, cuando fui para que me tomarán el molde en yeso, de lo que formaría parte de mí por dos años. La preocupación familiar era bastante, me prometí a mi misma utilizar el aparato el tiempo indicado, día y noche (solo podía estar sin el para ducharme).
Mi promesa duro poco, lo use el mínimo de tiempo requerido por no decir casi nada, me picaba y molestaba, me salían pequeñas llagas...vamos que todo lo que me incomodaba, se convirtió en una evasiva para no utilizar el corsét.
A los años, tuve que volver a visitar a mi médico, los dolores eran continuos, por lo cual diagnosticó, que lo más viable en mi caso era la cirugía… aún recuerdo el pánico que sentí cuando indica que no había otra solución… recuerdo como detallaba él como sería la intervención y los seis meses que debía pasar en cama enyesada…no logro recordar por que no me opere, si fue por que mi mami se negó u otra cosa evito que pasará en ese momento.
Unos años después volví, pero ya era yo, quien solicitaba que me operasen, me dolía y la curvatura de mi columna se notaba en mi anatomía, por lo cual planificamos con el médico el como, el cuanto, el donde y el sobre todo el cuanto del tema. Aún recuerdo todas las gestiones que realice, la reserva de cama, de pabellón, los bonos médicos, todo….Un par de días antes de entrar a pabellón me dio varicela….no me opere.
Hace siete años atrás trabajaba en el sur de Chile, con mi mami, le ayudaba a administrar un hotel y restaurante que tenia. Me había comenzado una cojera en mi pierna derecha, que con el pasar de los días iba en aumento y me provocaba un dolor que jamás había sentido. X día estaba ayudando a las camareras del hotel, a colgar las sabanas que se habían lavado y me quede sin aire y me asuste…por lo cual decidí ir a ver a un traumatólogo de la ciudad, uno muy cercano, un médico de los pocos que te dice las cosas claras y no te da mil vueltas.
Me pidió una radiografía de cadera y de columna, por que sumado al quedarme sin aire, la cadera no me daba tregua…el diagnostico era claro, tenia una displasia de cadera y la columna se había descentrado excesivamente, tenia cincuenta y cuatro grados de desviación, era una verdadera S. Mi mami no podía dar crédito a que tuviese otra vez displasia, digo otra vez, por que a los seis meses me la habían diagnosticado y sometido a los tratamientos necesarios para mejorar la situación…incluso me dieron de alta, por que estaba todo perfectamente.
Me recomendó que lo más viable, era que volviera a ver a mi traumatólogo, que él era el más indicado a operarme, ya que conocía al revés y al derecho mi historial médico.
Así fue como viaje a Santiago para ver una vez más a mi médico…quien reafirmo que ya era inevitable, debía entrar a pabellón. Me explico que la cirugía ya no era como años atrás, no era necesario el yeso, solo rehabilitación, para enseñarme a moverme nuevamente.
Pero comencé otra travesía…la de los seguros médicos. Digo travesía, por que el traumatólogo de toda mi vida, no estaba asociado a ningún seguro, lo cual me imposibilitaba a operarme con él… inicie la búsqueda de otro cirujano, que si estuviese afiliado a mi compañía aseguradora.
Visite a ocho especialistas, entre neurocirujanos y traumatólogos ( los mejores de Chile)…dos me dijeron que no era necesario operarme y los otros seis, me daban un sí rotundo.
Yo a esas alturas tomaba tramadol para mi dolor de cadera, los dolores eran insoportables, de noche me despertaban y de día no me dejaban caminar.
De todos los médicos que visite, me decidí por el de la Católica, el médico fue claro, me dijo que debía operarme un equipo multidisciplinaría, ya que tenían que operarme de cadera, espondilolistesis y escoliosis por vía anterior, por está última intervención debía entrar el quipo de tórax también a pabellón.
A los pocos días volví a ir a una segunda consulta con el médico de la Cáto, pero esa vez ya lo vi en conjunto con el especialista de cadera, el diagnostico para cirugía fue,:una primera intervención para la espondilolistesis que padecía, una segunda intervención para corregir la desviación de la columna y una tercera de salvataje de cadera.
Así fue como un semana de frío junio ingrese al hospital clínico de la Universidad Católica, al día siguiente me realizaron la primera cirugía.
De la primera me quedo una secuela, me pasaron a llevar el nervio tibial anterior de mi pierna izquierda, por lo cual me tuvieron que enseñar a caminar, ya que este nervio es el que controlo al pie para levantarlo y poder dar los pasos al caminar. Me sentía muy decepcionada, destruida, frustrada, ya que no contaba con está secuela, la cirugía salio perfecta, pero la lesión….
El día antes de volver a entrar a pabellón por segunda vez, me pelee con mi médico, le recrimine el hecho de la lesión y le recordé sus palabras, cuando me dijo que todo saldría bien…me dijo: "entonces no te opero mañana"…mí respuesta fue clara: "me operarás y no me dejarás más lesiones".
La primera intervención duro cinco horas, la segunda duro casi diez…mientras me operaban a mi mami la tuvieron que llevar a urgencias, por que de tanto nervios se sintió mal…
Cuando salía de la segunda intervención, aún oigo la voz de mi médico diciendome: “ Ale todo ha salido perfecto, tu columna está hermosa”…yo aún no estaba totalmente despierta de la anestesia cuando me decía esto, pero esa frase la recuerdo perfectamente bien. Estuve siete días en la UTI, con mucha analgesia y muchos cuidados, recuerdo a un enfermero en especiall, ya que me obligaba a comer, me cuidaba como si fuese un bebé:. Los kinesiólogos me trataban como si fuese un cristal de mucho cuidado. Cuando me bajaron a pensionado, los dolores persistían, la cirugía de columna, es una de las cirugías más dolorosas que existen…eso lo supe cuando, la morfina se me fue retirada.
Los cinco últimos días que pase en el hospital, no dormía, ni comía, solo lloraba, solo quería irme a casa.
Cuando ya estaba en casa de mi hermana, seguía igual, por lo cual decidí ir a ver un psiquiatra, por que pensaba que si seguía en esa situación, no me recuperaría jamás.
El diagnostico de él fue claro, tuve miedo y producto de lo vivido, se genero una crisis de pánico hospitalario. Tuve que aprender todo otra vez, a comer, a disfrutar de las cosas que me gustaban y que por motivo del trauma vivido rechazaba…por ejemplo, tuve que aprender a comer chocolate, disfrutar de su sabor y olor.
En el mes de agosto entre a pabellón por tercera y última vez, me opere de cadera. Estuve dos meses en cama, con el movimiento más que limitado. El día que me levante, me pusieron dos muletas como apoyo, de esas que van en las axilas, con el tiempo me pasaron a las muletas que se engancha en los brazos y al tiempo después solo me dejaron con una.
Lo pase mal, muy mal, llore lo que no había llorado nunca, pase lo que jamás imagine que viviría.
En el hospital no todos se portaron bien conmigo, muchos auxiliares se molestaban por que me quejaba de mis dolores ( y eso que siempre tuve una enfermera de noche y mi nanny querida día cuidándome).
Tengo recuerdos borrosos debido a la analgesia, pero sí muy guardo nítidamente la compañía de mis seres queridos, la paciencia que me tuvieron, los cuidados que me ofrecieron, las palabras de ánimos, los besos y abrazos, cosa que jamás olvidaré y nunca dejaré de agradecer.
Cuando ya estaba bien, volví al hospital para dar las gracias a los que me cuidaron, pero el enfermero de UTI ya no trabajaba en el hospital, a otros los habían cambiado a oncología y otros no estaban en turno, pero deje mis agradecimientos a los que si estaban. También deje en administración del hospital dos cartas, una de felicitaciones a aquellos que fueron espectaculares conmigo y una de queja por lo que los otros me hicieron padecer.
He contado esto lo mas resumido posible, ya que contar se extendería mucho más…son muchos recuerdos, numerosas anécdotas y angustias vividas. Pero a pesar de todo esto, estaré completamente agradecida a las grandes personas que compartieron conmigo, empezando por mi mami, mi papi, hermanos, tías, cuñadas, cuñado, sobrinos, amigos, personal hospitalario, médicos, tantos… que me faltará vida para agradecer que me acompañasen, en lo que ha sido para mi, él momento más difícil de mi vida, en cuanto a salud se refiere.
Tengo claro que esto aún no ha terminado, es un cuidado diario y en algún momento, tendré que volver a entrar a pabellón por mi cadera….pero seré como Scarlet O`Hara, ya que de eso me preocuparé mañana, ya que “mañana será otro día”.

14 comentarios:

AleNina dijo...

Luisita, por fin he decidido a contar lo de mis operaciones, aún el estomago se me hace un nudo al recordar todo.
besos gordos

*La Casalinga* dijo...

Ale:

mientras leía tu relato, me dolía...

Hay cosas que no puedo comprender:
por qué, los científicos fueron capaces de llegar a la Luna, de subir un satélite para poder ver cada porción de la Tierra en tiempo real, desintegrar un átomo, inventar una herramienta tan mágica como internet, etc etc etc, y sin embargo aún, no han podido "desconectar" el chip que nos enlaza con el dolor físico.
Por qué no se ha podido aún hacer que las personas que sufren, no lo hagan?

Supongo lo que habrás padecido y lo lamento.

Ahora crucemos los dedos para la próxima operación. Lo peor, ya pasó...

pal dijo...

qué locura... menos mal que ya pasó!!
increíble que llegaras a cojear... increíble lo que una enfermedad- incluso con buen diagnóstico- te puede hacer.
El dolor... el dolor... como lo odio.
Yo nunca he tenido ese tipo de dolores, pero dolores de huesos los vi en mi padre. Otra cosa, pero terribles. Odio lo que el dolor hace de nosotros.
Un beso y ya pasó, ya pasó...
besototote

AleNina dijo...

Sonia, bienvenida.
Después de mis operaciones, estuve un tiempo reiterativa del tema, más que nada, por que mi conversación se centraba en lo mal que lo pase, era una pena tan regrande, el dolor, la angustia…el ver que en tan poco tiempo tanto había cambiado muchas cosas en mi.
Quede muy sensible, muy llorona, más apegada a lo que ya lo era.
Una vez le pregunte lo mismo al médico, sí había alguna forma de no sentir dolor, pero me contesto que eso era lo que nos hacia humanos, el poder sentir, por que el sentir no es solo dolor, el sentir es más…pero su respuesta aún no me termina de convencer.
Sí debo cruzarlos los dedos y prepararme una vez más, pero eso, eso será mañana.
Un beso gordo

AleNina dijo...

Palcita, fue una locura en todo aspecto, la familia se movilizo, revoluciono, por esos meses todo giro en torno a esto…pero gracias a Dios, como bien dices, ya paso.
Cuando comencé a cojear, jamás lo asocie con la cadera, pensaba que era algún distensión muscular…no le hice caso, hasta que me quede sin aire y el médico me pidió las radiografías…
Mi nivel de dolor físico algunos días era de ocho, otros de nuevo y otros de diez..pero el dolor del alma fue de diez por un buen tiempo….imagina que me reprochaba el haberme sometido a estas cirugías, me castigue por un buen tiempo diciéndome, que esto lo había padecido como castigo, por no haber hecho caso antes…aún recuerdo la frase de mi psiquiatra..los niños no pueden gobernar, a mi me dejaron gobernar con respecto a mi salud, de eso estoy muy conciente.
Hace unos años, a mi sobrina le diagnosticaron escoliosis y el uso de corsét….sabes quien fue la que más hincho y la aconsejaba? yo, por que no quería que mi niñita pasara por lo que yo pase. Al día de hoy está perfecta, siguió el tratamiento al pie del corsét (por no decir al de la letra) y al día de hoy está de alta.
A mi el dolor ajeno me duele muchísimo más que antes, no se como explicarlo..lo comparto, lo padezco, lo lamento..y no solo el físico, el del alma también.
Sí ya paso, por lo mismo hablo poco de él.
Sabes que el miedo a volver a pasar dolores, me hace cuestionarme la maternidad, me da miedo, volver a sentir dolores, por dentro tengo muchos pernos, pinzas, barras, mucho titanio…mi cadera debería desplazarse…muchos me han explicado que no serían dolores comparativos con lo que he vivido…incluso los médicos me dijeron que podría tener los niños que quisiera…pero el tema es delicado, para mi es difícil, no puedo cargar peso…como muchas veces digo en broma, mis hijos tendrían que aprender a caminar a los dos meses, por que yo no podría con ellos…y si les diera una pataleta, quedarían tirados en el suelo, por que no podría levantarlos del suelo…vamos, que me da miedo..me da miedo joder alguna de las cirugías…miedo a volver a vivir lo vivido…
Pero no me niego la posibilidad de tener locos bajitos a mi alrededor, pero aún debe pasar este miedo…ya pasará, como pasó la operación.
Un beso gordo, gordo

pal dijo...

El miedo es mal consejero. Más si ha sido con razón. Hay que recolocarlo donde corresponde, donde ayuda y no donde nos dirige la vida.
Mira chiquis, para el parto hay anestesia y además existe la indicación médica en caso sicológico, como el tuyo. Ningún médico del mundo te obligará a parir con dolor.
Yo tuve cesárea y estaba lista al día siguiente. La anestesia te deja sin ni medio dolor, y puede ser parcial, de la cintura para abajo, y así estás despierta cuando nazca la guagua. Si quieres. Si no, pa eso la guagua tiene un padre y una abuela.
En tu caso no es ni pregunta como debe ser el asunto.
Seguro que viene tu mami a ayudarte cuando sea el momento, pero en serio que me ofrezco yo a ir si lo necesitas (En serio)
Avisa con tiempo.

Lo de llevar la responsabilidad de los tratamientos me lo digo yo cuando miro al Adri, que yo soy la que debo decidir, y al mismo tiempo le pido desde ya que me perdone sino tengo las fuerzas de imponer lo que debería.
Más besos.

AleNina dijo...

Tienes toda la razón Pal, el miedo es mal consejero. Se que debo recolocarlo…toma tiempo, más del que se pueda creer.
Yo cuando me opere de las caderas, conocí a la señorita epidural, no se si la sensación al momento de inyectarla es la misma, con o sin dolores de parto, eso sí, yo recuerdo con dolor cuando me la comenzaron a infiltrar.
Yo creo que si un día tomo la opción de la maternidad, cien por cien segura que será cesárea, del otro modo, no me veo pujando, pero no por no querer, sino por no forzar mis caderas.
Guardo tu palabra, mil garcías. Desde Chile se que vendrían, pero mi mami aunque me quiere muchísimo, no se sube a un avión, ni pagándole ( tuvo una accidente en helicóptero), pero quizás mi hermana, o una tía….bueno que para estos casos, siempre alguien ayuda, eso lo se.
Avisaré, avisaré….


Imponte Pal, se estricta con los tratamientos médicos, no dejes que te gobierne y decida por él, las manos firmes se agradecen, por que lo hacen por nuestro bien….eso yo lo aprendí después…

Besos gordos

Luisa dijo...

Ale, (suspiro) me quedé mucho tiempo en silencio, de hecho, cuando terminé de leerte, tuve que hacer tiempo fuera y pensar un poco, me levanté del sitio y me puse a hacer cosas todavía con la página abierta. Luego leo a So y a Pal y todavía mientras te escribo ahora,me sigue conmoviendo la generosidad de Paloma...qué no sé qué decirte...

Discrepo un poco de lo que dice mi Sonia, el dolor es bueno, a veces, hasta es necesario, porque es lo único que nos hace sentir vivos, vulnerables sí, pero nos hace valorar lo que tenemos cuando no lo sentimos o cuando perdemos ésa "salud" del alma o del cuerpo...El dolor nos hace saber lo frágiles que somos, nos hace darnos cuenta de lo que somos verdaderamente, te aseguro que si no hubieses pasado por eso, nunca habrías sabido lo fuerte que eres ni lo que podías soportar, claro, ya te escucho, No hacía falta tanto!! o No necesitaba saberlo...pero el haber pasado por eso, te hace ser precisamente tan especial, te hace ser lo que eres ahora, esa marca, ése dolor, te hace ser distinta a la mayoría....

Siempre que veo a Daniela y me lamento (hay días que sí reniego de su enfermedad,pero más que nada,por ella,porque no sea una niña como cualquier otra,que todavía no pueda caminar o estar en un cole "normal" haciendo lo mismo que todos) pero casi inmediatamente pienso que ella es tan especial, precisamente por eso, por todo lo que ha tenido que pasar en su cortísima vida...ha visto y ha padecido mucho más que cualquier persona promedio que haya vivido más de 50 años...y sé con todo mi corazón, que ella es feliz.Que poco a poco se da cuenta de sus limitaciones, que sin saber ni cómo ella percibe que no es igual a los demás niños...lo único que pido es que ella logre valorar todo lo que se ha hecho para que sea feliz, aún con todo lo que ha tenido que vivir y que ella haga el resto. Y qué determinación no tendrá mi pequeña, que ya ha comenzado a dar pasitos. Si ella hubiera sabido los pronósticos médicos, creo que se hubiera dado por vencida antes de intentarlo...y ya ves...ella es una lección de vida constante. De lucha.

Y Ale, conozco ésos (tus) dolores demasiado bien, porque aunque no lo he dicho, la persona que más amo y necesito en ésta vida, tiene displasia de cadera y una rodilla que está hecha añicos y que le duele siempre. Él ha tenido que aprender a vivir con el dolor constante, permanente, unas veces duele menos y otras, duele más, supongo que uno aprende a vivir con eso, o apesar de eso. He dicho mal, no conozco cómo o cuánto es ése dolor, pero lo padezco como si me doliera a mí...te aseguro si tuviera en mis manos poder desvanecerlo,lo haría. Sé lo que tu mamita, tus padres, tus hermanos y tíos, habrán pasado contigo. Uno a veces siente el dolor por contagio. Qué ironía, el dolor también crea lazos.

La vida al final, compensa todo. No te prives de tener un hijo por miedo al dolor, no te equivoques...hoy en día hay un sinfín de vías para llevar un embarazo de alto riesgo, sin tener que pasar por un calvario...o sobrellevarlo bastante bien, los hijos, no sé cómo hacen, que cuando vienen al mundo, se amoldan a las cosas de tal manera que te asustarías con qué facilidad logran adaptarse. Se me viene a la cabeza los hijos de padres ciegos...hay muchas madres que son ciegas y no dejan de tener hijos por no saber cómo van a cuidarlos...todo llegará y la vida prooverá...confía.

Admirándote y queriéndote un poco más.
Luisa

Luisa dijo...

me equivoqué en proveerá..era doble e, no o... pero en fin.. hasta que no lo leí ahora, me percaté.

La aclaración me sirve para dejarles un beso a las tres.

AleNina dijo...

Algunas cosas deben ser medidas, yo tengo sentimiento encontrados con respecto al dolor que he vivido, por que me hace comprender, sentir y padecer el dolor que vive a diario mi hermana…también tiene displasia de caderas, pero a ella se la diagnosticaron con mucho retraso, a los tres años, tiene más de una decena de operaciones, la han cambiado de prótesis un par de veces…pero así y todo, le puso coraje a la vida y fue mamá…mi niñito tiene ya dieciséis años…(se me hace un nudo en la garganta y los ojos agua). Cuando estuve en Chile la vi cojear muchísimo, tiene la prótesis trizada y debe operarse, sí o sí…pero no quiere, yo creo que tiene miedo, miedo de volver a enfrentarse una vez más a un pabellón, a un post operatorio, a una larga rehabilitación, no quiere parar, quiere seguir su día a día, aunque muchas veces para hacerlo deba tomar mucha analgesia….el dolor de mi hermana me duele el doble, lo mió es pequeño al lado de lo que ella ha vivido, pero tiene una fuerza y un coraje, que es admirable.
A mi lo vivido me sirvió para entender lo que siente mi hermana, mi mana, mi manita…me cambio, me hizo ver aún más nítidamente las cosas, que ya tenia claras. También me sirvió para tener más conciencia que sin salud, no somos nada, que es lo principal y fundamental en la vida, estar sano, es algo que se debe agradecer cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir.
Tengo toda la certeza que Daniela debe ser un ser muy fuerte y muy feliz de tener una gran familia que la acompaña en su vida. Nunca hay limitaciones, esas son mentales, yo lo tengo claro. Ya verás que se convertirá en una gran mujer. Tiene el buen ejemplo en casa.

Sabes Luisa, me paso que cuando salí del hospital, tenia necesidad de ver a mi gente, no eran ganas, era necesidad..como bien dices, ironía que el dolor cree lazos.
A tu ser querido le pasa lo que a mi, a veces duele menos, a veces más…a veces molesta no poder tolerar el dolor..mi hermana dice que hay que aprender a vivir con el dolor constante…es una pena, pero es una realidad…animo Luisa.
Se que mi miedo a tener niños, no tiene excusas, se que hay personas que tienen más problemas que yo, pero se arriesgan y triunfan, no sabes cuanto me alegran saber historias de vida así…pero como dices, llegará y proveerá…ya llegará el tiempo…pero de momento no…

De verdad agradezco las palabras que me han dejado uds tres, de corazón, un beso gordo a cada una.

otro más para ti Luisa

*La Casalinga* dijo...

No; para mi, definitivamente, el dolor no es justo.
El dolor físico debería ser padecido por aquellos que lastiman, como consecuencia de un daño imperdonable a alguien inocente. Pero por qué tienen que sufrir las personas buenas?

Esa es una de las tantas cosas que la madre natura no hizo del todo bien.

AleNina dijo...

Hablar de dolor Sonia, para mi es complicado...todos tienen su maneras de ver las cosas con respecto a un mismo tema, no todos podremos tener la misma opinión, ó podremos encontrarnos en un punto medio.
Creo que tú postura es totalmente comprensble, por que la comparto en cierta manera...pero es que yo el dolor no se lo deseo a nadie...ese es mi tema.
un beso gordo

Juan dijo...

Uffff, Ale. En fin, tu ya conoces nuestra historia con Dani. Algo sabemos de hospitales. Cuando Luisa me conoció ya detectó en mi ciertas particularidades al andar. De hecho el año 1999 me hicieron como dos tac y otras dos resonancias magnéticas. Algunos analistas me dijeron sin reservas que tenia necrosis. Todo lo que empieza por necro, como que te echa un poco para atrás. Dí más vueltas que chilondro buscando segundas opiniones.Fui con el Dr.Guillén, médico que trabaja en la clínica CEMTRO en Madrid y me dijo que no tenia nada.Es algo caro pero es el mejor, atiende a los futbolista de la selección, imagínate.Tuvo que llegar Luisa- esposa, madre, amiga y también mecánica, fontanera y, por lo visto, licenciada en medicina la que buscó el medicamente que necesito para que mi rodilla no reviente cada día:se llama Voltaren. No se que tiene pero me calma mucho el dolor. Las dolencias son una cruz, pero el peregrinaje en la búqueda del profesional que sabe atenderte lo es más. Se fuerte, Ale. Vas a poder con todo. Estoy seguro.
Besos.

AleNina dijo...

Uy! Juan, a mi a veces me duelen las rodillas también...pero tú sabes que las caderas lloran por las rodillas...entiendo bien, entonces cuando Luisa habla de tus dolores.
Lo que tomas es dicoflenaco sódico, los que padecemos dolores, sabemos mucho de analgesia (por lo menos en mi familia, además que ayuda tener una mami enfermera).

A mi el médico me dio a tomar condrosan, lo tomo por tres meses seguidos y descanso uno, con esto he disminuido bastante la toma de otros analgésicos…claro que cuando el dolor es intenso, debo tomar otra cosa.

Ya sabes Juan, uno aprende a vivir con esto, no nos queda otra
Uds también deben ser muy fuertes, lo maravillosos es que Danielita tiene unos papis que la ayudan, protegen y quieren un montón.

Mucha fuerza Juan, la necesitamos todos!